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La Importancia de la Hidratación en el Entrenamiento de Verano

6 Minutos de lectura

El verano trae consigo días más largos, más sol… y mucho más sudor. Entrenar durante los meses calurosos puede ser increíblemente revitalizante, pero también presenta un desafío importante: controlar la hidratación en el entrenamiento.

Ya sea que corras al aire libre, hagas crossfit, levantes pesas o simplemente salgas a caminar, la hidratación se vuelve un pilar esencial de tu rendimiento, salud y recuperación. ¡Hoy aprenderás por qué!

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¿Por qué es tan importante la hidratación en el entrenamiento en verano?

Durante el entrenamiento, tu cuerpo regula la temperatura corporal a través del sudor. Esto es genial para enfriarte, pero también conlleva la pérdida de agua y electrolitos esenciales como sodio, potasio y magnesio.

Cuando no repones estos líquidos, tu rendimiento cae y puedes enfrentar efectos negativos como:

  • Fatiga prematura
  • Calambres musculares
  • Mareos o dolor de cabeza
  • Disminución de la fuerza y resistencia
  • Riesgo de golpe de calor o deshidratación severa

El impacto de la deshidratación en el rendimiento físico y mental

Incluso una pérdida del 1-2% del peso corporal en líquidos puede afectar tu capacidad para entrenar y pensar con claridad. La deshidratación no solo baja tu rendimiento físico, también perjudica la coordinación, el enfoque y la toma de decisiones. En deportes como el crossfit o el entrenamiento de alta intensidad, mantener una buena hidratación en el entrenamiento puede marcar una gran diferencia.

Cómo mantener una hidratación efectiva

Aquí tienes algunas estrategias prácticas:

1. Empieza hidratado

No esperes a tener sed para tomar agua. Comienza tu día con 1-2 vasos de agua y sigue hidratándote a lo largo de la mañana.

2. Hidrátate antes, durante y después del entrenamiento

  • Antes: Toma entre 400-600 ml de agua unas 2 horas antes de entrenar.
  • Durante: Si entrenas más de 45-60 minutos o en calor extremo, toma sorbos frecuentes (150-250 ml cada 15-20 minutos).
  • Después: Rehidrata con agua o bebidas con electrolitos, especialmente si sudaste mucho.

3. No subestimes los electrolitos

A veces solo agua no basta. Si haces sesiones intensas o prolongadas, usa bebidas con electrolitos naturales o suplementos (sobre todo con sodio y potasio).

4. Ajusta según tu sudoración

Si sudas mucho o ves manchas de sal en tu ropa, necesitas reponer más electrolitos. Escucha a tu cuerpo.

¿Qué alimentos ayudan con la hidratación?

Además del agua, alimentos con alto contenido de agua pueden ayudarte a mantenerte hidratado:

  • Sandía, melón, pepino
  • Naranjas, fresas, piña
  • Calabacín, apio, tomate
  • Yogur natural o kéfir

Si quieres aprender más sobre el poder de los alimentos, te dejamos aquí un blog sobre consejos de nutrición e hidratación para verano. ¡Seguro que te ayuda!

Señales de buena (y mala) hidratación

Bien hidratado:

  • Orina clara o ligeramente amarilla
  • Buena energía durante el día
  • Recuperación rápida tras entrenar

Mal hidratado:

  • Orina oscura
  • Boca seca
  • Dolor de cabeza, cansancio o mareo

Como has podido ver, entrenar en verano tiene beneficios increíbles, pero no hay que subestimar el impacto del calor y la deshidratación. Mantener una buena hidratación en el entrenamiento no solo protege tu salud, también optimiza tu rendimiento y recuperación.

¡Escucha a tu cuerpo, hidrátate estratégicamente y no dejes que el calor te saque del juego!

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